UN DÍA SIN ENERGÍA




Hoy, 5 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, que nace en 1988 con la finalidad de recordar que entre tod@s podemos frenar el cambio climático haciendo un buen uso de la energía en lo que se refiere al consumo responsable, al desarrollo de las energías renovables y a la utilización de medios de transporte menos agresivos con el medio ambiente.

Con la eficiencia energética obtenemos los mismos bienes y servicios empleando menos recursos. Esto no supone renunciar a nuestra calidad de vida, ya que conseguimos emplear la energía de forma inteligente, recurriendo únicamente a la cantidad que nos hace falta. De este modo aprovechamos los recursos de los que disponemos, sin necesidad de derrocharlos por el simple hecho de contar con ellos.

En este sentido, en la Ecoescuela hemos escogido esta fecha para llevar a cabo la experiencia “Un Día Sin Energía”, con la que intentamos poner de relieve la enorme dependencia de nuestra sociedad hacia la energía eléctrica, las consecuencias del agotamiento de los recursos naturales y la importancia de la sostenibilidad en el desarrollo de la humanidad.

A través de esta iniciativa hemos reflexionado sobre aquellas cosas a las que tendríamos que renunciar si no existiesen fuentes de producción energética. Además, nos hemos dado cuenta de que la energía está presente en nuestras vidas hasta tal punto, que en la mayoría de las ocasiones, no valoramos lo suficiente su significado.

A lo largo de la mañana no se ha hecho uso del suministro eléctrico en ningún aula del centro. Y desde primera hora hemos conversado en profundidad sobre este asunto, llegando a la conclusión de que la energía es la encargada de dinamizar muchas situaciones cotidianas, empezando por la iluminación y continuando por la calefacción, la comunicación, las nuevas tecnologías, la alimentación, la movilidad, las actividades de ocio, etc. Asimismo, esta propuesta nos ha servido para ser conscientes de que si un día nos viésemos obligados a prescindir de la energía, todo lo que hacemos debería cambiar radicalmente, incluida la manera que tenemos de entender el mundo. 

En líneas generales la actividad ha resultado positiva, sugerente, innovadora y, lo que es más importante, nos ha permitido comprender que se pueden encontrar un sinfín de alternativas a la electricidad, las pilas o las baterías, si de lo que se trata es de imaginar a qué nos gustaría jugar "Un Día Sin Energía".



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