PEQUEÑOS TRUCOS PARA AHORRAR TINTA DE LA IMPRESORA
Es evidente que el auténtico negocio para las marcas fabricantes no
son las impresoras en sí mismas, sino los consumibles. Es decir, los tóners o
cartuchos de tinta. Su precio es, en la mayoría de las ocasiones, excesivamente
elevado y su duración decepcionante en comparación con la cantidad de dinero
pagado por la adquisición de este tipo de productos.
Afortunadamente, para ahorrar tinta no hace falta renunciar a imprimir aquellos documentos que consideremos necesarios. Existen pequeños trucos que puedes aplicar en tu día a día para reducir drásticamente el consumo de tinta y prolongar el tiempo hasta la próxima recarga o compra de cartuchos.
PIENSA EN LO QUE VAS A IMPRIMIR.
Por regla
general imprimimos más de la cuenta, sin pensar en qué es lo que realmente
queremos ver plasmado en las hojas de papel. La pregunta que debemos formularnos
antes de imprimir cualquier cosa es "¿Realmente necesito tener esto en
papel e impreso en alta calidad?".
El ahorro
empieza prestando atención al documento y su destino. Hemos de pensar como si fuésemos
diseñadores e interesarnos por el objetivo de la impresión y las necesidades
gráficas que debe cumplir. Dependiendo de
la respuesta, conviene que nos replanteemos qué queremos imprimir y cómo vamos
a hacerlo. En este sentido, es interesante consultar siempre la vista
previa del documento para comprobar cómo será el resultado final. Si finalmente
imprimimos un borrador, es importante eliminar todos los aspectos superfluos
(imágenes, bordes, etc.) y reducir el tamaño del texto.
CONFIGURA BIEN LAS OPCIONES DE IMPRESIÓN.
Las impresoras salen configuradas de fábrica con un objetivo bien claro: imprimir en alta
calidad utilizando la mayor cantidad de tinta posible. Sin embargo, existen opciones
para optimizar el consumo. Los manuales suelen contar bien poco acerca de estas
opciones, pero están ahí, aguardando a que alguien las use.
Configurar
la opción de ahorro de energía es muy sencillo. Haz clic en el menú Inicio y busca el icono Dispositivos e impresoras. Pulsa sobre
él con el botón derecho del ratón y elige Ajustar
las opciones de impresión.
Lo que verás
varía en función de la impresora, pero casi siempre encontrarás las
siguientes opciones:
Calidad de
impresión: hay que elegir "Borrador" o "Baja".
Resolución:
se mide en DPI. Cuanto más baja, menos tinta usas.
Imprimir
texto en negro: ideal para ahorrar color.
Ahorro de
tóner / cartucho: hay que dejarlo activado.
UTILIZA TIPOGRAFÍAS ESPECIALES,
PROGRAMAS Y RECURSOS EN RED.
A veces, ni
configurando la impresora a conciencia se logra un ahorro significativo de
tinta. Y entonces toca emplear aplicaciones o recursos disponibles en la red, que han sido creados para ahorrar
en costes de impresión. Su eficacia es variable, pero se pueden combinar para
mejorar los resultados.
Ecofont
es un tipo de letra de código abierto, y por tanto de uso
gratuito, que puede llegar a ahorrar hasta un 20% de tinta al imprimir
documentos cuyo texto tenga ese formato. Ecofont ha sido desarrollada por una
empresa holandesa llamada SPRANQ. La idea surgió ante la gran cantidad de tinta
desperdiciada en impresiones y su enorme impacto ecológico. Tras varias pruebas
obtuvieron este tipo de letra que es la que, conservando la legibilidad (en un
tamaño normal, entre 9 y 11 puntos), mayor ahorro de tinta produce. El nombre
del archivo de la tipografía, al almacenarse en la capeta de tipografías es:
Spranq_eco_sans_regular.ttf.
EcoPrint,
una utilidad que reduce el consumo de tinta y te dice cuánto ahorras.
GreenCloud,
un kit de herramientas para ahorrar papel y tinta.
PrintWhatYouLike,
una webapp que convierte sitios web para que su impresión sea más barata.
CleverPrint
modifica los documentos antes de imprimirlos para optimizar el gasto de tinta.
RECURRE A ALTERNATIVAS DIGITALES.
Con el auge
de pantallas de alta resolución, tabletas y libros de tinta electrónica, la
impresión se ha vuelto cada vez menos necesaria. Gracias a los documentos en
formato digital, puedes consultar y distribuir contenidos sin necesidad de
imprimir.
En cualquier caso, todas estas herramientas también plantean una serie de
desventajas para el medio ambiente, especialmente, en lo que se refiere al
consumo de energía derivado de los procesos de fabricación de estos productos y de su utilización en
la vida cotidiana.