MANOS A LA HUERTA

 
Aunque todavía nos quedan unos cuantos días de invierno por delante, la primavera se asoma tímidamente a la ventana para mirar cómo nos ponemos manos a la huerta: elaborando los primeros semilleros de la temporada.

L@s alumn@s de 5 años han participado con mucho entusiasmo en la realización de esta actividad que tiene como objetivo dar a conocer, desde una perspectiva lúdica, las condiciones idóneas para la germinación de determinadas semillas y su evolución durante los primeros estadios de crecimiento, hasta el posterior trasplante a plena tierra, cuando estén lo suficientemente desarrolladas.

Una forma sencilla y económica de preparar los semilleros es recurrir a la reutilización como medida de ahorro y de concienciación sobre la problemática que entraña la producción de residuos. Por este motivo, hemos empleado algunos materiales desechables como envases de yogur y hueveras de cartón. Es decir, elementos que antes tenían una utilidad y que ahora van a tener otra diferente.

Después de una breve explicación sobre qué es y para qué sirve un semillero, l@s niñ@s se distribuyeron por equipos y comenzaron a trabajar en una tarea que, además de resultar potencialmente motivadora, es una fuente de aprendizajes globalizados.

En primer lugar, repartimos el sustrato (una mezcla a base de tierra, humus de lombriz, compost y turba), lo humedecimos un poco con un pulverizador y colocamos una capa de 8 a 10 cm en el interior de los recipientes, a los que previamente habíamos hecho unas pequeñas hendiduras en su parte inferior para que drene bien el agua.  

El siguiente paso fue sembrar en el semillero. Cada grupo escogió qué semillas querían plantar y las introdujeron en los envases a unos 3 centímetros de profundidad. Posteriormente las cubrieron con tierra, procurando que el sustrato no quedase muy compactado para no dificultar el proceso de germinación de la planta.

A continuación, conversamos sobre las variedades de semillas seleccionadas para llevar a cabo esta experiencia: pimiento verde, pimiento de piquillo, berenjena, albahaca, apio de monte, cebollino y tomate de telaraña.

También se habló -y mucho- sobre cuáles son las necesidades de las plantas y qué cuidados deben recibir. Además, antes de situar los semilleros en bandejas y regarlos, decidimos decorar los recipientes con etiquetas para que no se nos olvide qué hemos sembrado en cada uno de ellos.

Finalmente, se desarrolló una pequeña asamblea para reflexionar sobre la actividad y mediante una lluvia de ideas se acordó confeccionar un cuaderno de aula que pueda servirnos como guía de observación del crecimiento de estas plantas, que dentro de unas semanas ubicaremos definitivamente en la zona del huerto de nuestro bosque de alimentos.



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